El coronavirus despide al vetusto sistema económico, político, ecológico y social y urge su reseteo

25.03.2020

    Si nuestro sistema ya estaba tocado en la línea de flotación con relevantes cifras de deuda exterior, rescates bancarios, desahucios, fondos buitre por doquier, el negocio de los vertederos y los daños ecológicos - además de otros tipos de contaminación -  y los autónomos y PYMES cada vez más presionados fiscalmente y con menos ingresos, además de la corrupción política y su escasa capacidad de gestión.......el coronavirus ha terminado por destrozar definitivamente una ya enferma columna vertebral, que ni en varias generaciones se va a poder recomponer para alcanzar una mínima calidad de vida de manera regular. Urge su reseteo para asentar las bases de un nuevo comienzo.

El coronavirus hunde más nuestro vetusto sistema económico, político, ecológico y social. La necesidad de una Sanidad Pública sin recortes, es uno de los pilares en la reconstrucción social
El coronavirus hunde más nuestro vetusto sistema económico, político, ecológico y social. La necesidad de una Sanidad Pública sin recortes, es uno de los pilares en la reconstrucción social

      Los ecosistemas naturales y los sistemas sociales enfrentan actualmente unas condiciones complejas derivadas de una crisis multidimensional -política, económica, ecológica y social -debida a la extralimitación de las actividades humanas. Estás condiciones se manifiestan en forma de cambio climático, apariciones de nuevas enfermedades como el coronavirus que ahora nos asola, y una acelerada disminución de la biodiversidad ; el vaciamiento de la democracia, un modelo económico sobredimensionado y permanentemente al borde del abismo, y condiciones de desigualdad abismales que continúan ensanchándose.

La búsqueda de una vacuna contra el coronavirus se ha convertido en una carrera contra reloj para tratar de salvar el mayor número de vidas
La búsqueda de una vacuna contra el coronavirus se ha convertido en una carrera contra reloj para tratar de salvar el mayor número de vidas

El coronavirus ha destapado los importantes recortes en nuestra Sanidad Pública. El personal sanitario ha debido de hacer frente al virus y continúa haciéndolo, sin la plenitud del material y medios. Y tampoco el personal suficiente. Su heroica quedará para los anales de la historia y debe de servir para reforzar definitivamente el sistema público sanitario   

      En el presente artículo no queremos representar La teoría del Caos (famosa película que versa sobre un virus, aunque informático), pero si echar pie a tierra y analizar dónde nos encontramos y qué podemos hacer a partir de ahora.

      En Euskadi, muy cerca de las aplazadas Elecciones Autonómicas, siempre se ha hablado que estábamos mejor que otras Comunidades del resto del Estado. Sin embargo, la pandemia del Coronavirus sólo se ha unido a buena parte de los problemas comunes que arrastran nuestros territorios vecinos y que compartíamos en cierto modo.

      En la Sanidad pública, la progresiva privatización de numerosos servicios que se ha constatado con falta de material , personal y camas para contingentes mayores, ha provocado una improvisación alocada con la convocatoria de personal jubilado y estudiantes en prácticas, cuando ya muchos de nuestros profesionales sin plaza en el sistema sanitario público transitaban por la medicina privada o se habían exiliado a otros países en busca de una oportunidad profesional. 

      La gestión improvisada, en ausencia de un plan de emergencias cuando ya existen cientos de fallecimientos anuales sólo por gripes - por citar un ejemplo - , que debieran de servir para sentar la base de urgencias mayores, no exime a nuestros responsables políticos del mantenimiento de un sistema catalogado antaño como uno de los mejores de Europa. Los recortes progresivos y la subcontratación de numerosos servicios han debilitado la sanidad vasca, aunque no la capacidad de nuestros profesionales que han estado y están jugándose la vida durante muchos días en turnos interminables, sin el material necesario que han demandado desde el principio de la pandemia. 

Los bancos y entidades financieras se ofrecen a intermediar en la ayudas aprobadas, a la búsqueda de maquillar sus malas praxis, cuando todavía no han devuelto el tan necesitado rescate bancario de 60.000 millones de euros, dinero necesario para ayudar a superar la presente crisis 

Sobre los bancos y otras entidades financieras, qué decir que ya no esté dicho. El Coronavirus les da una oportunidad de maquillar las malas praxis que durante décadas han mantenido y rematado con el rescate bancario de 60.000 millones de euros. Se ofrecen para intermediar en las medidas económicas que el Gobierno ha aprobado y el Gobierno Vasco rematado. El papel es una mera intermediación donde las personas, empresas y autónomos deben de acudir con el aval de los gobiernos estatal o autonómico. Se trata de obtener liquidez para aguantar los efectos de la pandemia, pero hay que devolver las ayudas ( si las conceden una vez pasado el filtro de la letra pequeña ) en condiciones muy favorables, que las entidades financieras se encargan de articular y cobrar a las instituciones el coste de la gestión.

Todavía sin devolver el rescate, ni el daño realizado por los miles de desahucios, y cantidades cobradas por las cláusulas abusivas, tarjetas.... Las instituciones políticas siguen participando en el denominado banco malo, llamado Sareb, que alberga miles de millones de euros en pisos obtenidos de desahucios a miles de familias. Por muchas explicaciones que se pretenda dar a la sociedad diciendo que el rescate bancario era necesario para que funcionara el sistema - ¿ qué sistema ? ¿ dar créditos ? - y se devolviera parte del rescate y la creación participada por las instituciones políticas de un Sareb entregado a los fondos buitre, la imagen y resultados es de  una negativa complicidad, salvo que alguien explique la bondad del proyecto   

La desaparición de Beltrán y Soraluce en el vertedero de Zaldibar, destapa un impresionante desastre medioambiental en estudio, que se debe de ampliar a las otras dieciséis instalaciones que operan en Euskadi

En Euskadi, el medioambiente vuelve a ocupar también la primera línea de atención desde que el pasado 6 de febrero un derrumbe dentro del vertedero de Zaldibar enterrara a Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, dos de sus trabajadores. Si el coronavirus dejaba al descubierto los recortes en la Sanidad Pública, el almacén de residuos constaba el negocio de los vertederos y su nefasta gestión para el medioambiente, no así para la economía de quienes rondan el negocio.

En Euskadi se cifran en diecisiete los vertederos con la recepción de 1,5 millones de toneladas y aún así desde el Gobierno Vasco señalan que el cierre de Zaldibar provocaría un déficit de 250.000 toneladas anuales. Al drama de pérdidas humanas se suman las consecuencias de la contaminación de acuíferos, ríos y tierras tras la filtración de residuos que permitió la deficiente instalación supuestamente inspeccionada por medio ambiente del Gobierno Vasco.

Podemos entrar en la sobreexplotación del vertedero, si los residuos eran los concertados en el permiso de explotación, si las medidas de seguridad eran las correctas......Pero lo más grave es la ausencia de control que ha permitido el deterioro del continente y del contenido, que jamás se habría descubierto de no ser por las pérdidas humanas acaecidas. Ahora las consecuencias para el medio ambiente quedan en estudio a la espera de conocer su extensión real ¿lo sabremos objetivamente en algún momento? y el estado del resto de vertederos y posibles negligencias similares

A la alarma anterior debemos de sumar nuestra escasa capacidad de reciclaje. Las plantas en funcionamiento, son mas conocidas por sus grandes chimeneas y el humo que despiden que por sus bondadosos datos de separación y cifras de reciclaje real. No se aplica la tecnología punta que existe para la materia y tampoco explican como se recicla, por ejemplo el plástico, que todos los ciudadanos insertamos en contenedores, además de los cartones, cristal y la basura general.

Una vez superada la pandemia del coronavirus nos queda por saber que planes tienen nuestros gestores políticos para regenerar el tejido económico de pequeñas y medianas empresas, tiendas, hostelería, autónomos en general
Una vez superada la pandemia del coronavirus nos queda por saber que planes tienen nuestros gestores políticos para regenerar el tejido económico de pequeñas y medianas empresas, tiendas, hostelería, autónomos en general

Si hubo que rescatar a los bancos con 60.000 millones de euros, para que funcionara el sistema, ahora habrá que rescatar a las PYMES, hostelería, tiendas, autónomos en general, que son la vena aorta de nuestra sociedad.

La crisis a la que nos enfrentamos siempre tiene ganadores que salen más reforzados económicamente a costa de la ruina de la mayor parte de la sociedad. Nuevamente las grandes empresas farmacéuticas y otras multinacionales fabricantes de material sanitario son las grandes vencedoras.  La derrota este caso es claramente la de la clase política que no han practicado una medicina preventiva y no han querido ver venir la crisis de la pandemia, aunque los avisos en Euskadi son claros con la gripe y una media anual de casi 3.000 ingresos  y cerca de un centenar de fallecidos.

La improvisación y la ausencia de un protocolo de urgencia no sólo sanitaria sino también de las consecuencias generales en el tejido económico y medioambiental, deja como siempre la derrota económica más profunda a los sectores más débiles como son las pequeña y mediana empresa y los autónomos. Tiendas, hostelería......servicios en general, quedan muy tocados y sin ningún margen de maniobra. Como dicen los políticos, a los bancos había que rescatarles para que funcionara el sistema, entonces cuál es el rescate para quienes conforman la vena aorta de nuestra sociedad.  

El Gobierno Vasco ha emitido el tercer bono sostenible de deuda pública de 500 millones de euros, el primero para combatir los gastos urgentes provocados por el coronavirus, aunque ya estaba contemplado en los presupuestos

Aunque ya estaba contemplado en los presupuestos, antes del inicio de la pandemia, el Gobierno Vasco ha emitido un bono sostenible, el primero destinado a paliar los daños por el coronavirus. El dinero recaudado de los inversores privados se centrará en combatir los gastos urgentes, según explicó el consejero de Hacienda Pedro Azpiazu. 

De los 500 millones de euros, 130 se destinarán a la salud para la financiación de farmacia y expansión de hospitales y centros de salud; 225 a políticas sociales, como emergencias sociales, programas de apoyo a las familias y proyectos de educación y vivienda; 145 a políticas medioambientales , como energías renovables, prevención y control de la contaminación ambiental, gestión sostenible del agua y las aguas residuales. Azpiazu ha matizado que la prioridad es la sanidad, la protección de las personas, las empresas y los trabajadores que salgan malparados de esta situación.

Ojalá estos datos sirvan no sólo para paliar de momento una "causa sobrevenida" sino para asentar las bases de un nuevo comienzo, vislumbrando con claridad las prioridades presentes y futuras tras un reseteo que se hace necesario, hoy más que nunca.