Euskadi ha entrado en una meseta rompiendo la tendencia al alza de aumento de casos, ha resaltado en las redes sociales Osakidetza, en una valoración corroborada después por la consejera de Sanidad Nekane Murga : Todo apunta que podríamos estar en una fase de meseta, amparada en la secuencia diaria de contagios y los resultados del alto número de test realizados.

El pasado 16 de marzo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias de España, comentaba en su comparecencia diaria que el número de contagios había descendido en proporción a días pasados. El pasado día 29, trece días después, en la comparecencia diaria y con Simón afectado ya por el Covid 19, se volvía a comentar que los contagios bajaban ya al 9 % y con un alto porcentaje del número de pacientes dados de alta del 18,6% de media en todas las comunidades tras varios dìas de subidas progresivas de los porcentajes. Tres días antes se aseguraba también que iba a haber test suficientes para toda la población, lo que podía permitir un mayor control de la pandemia y sus estadísticas más veraces para realizar comparativas con otros países y otras comunidades tras las medidas adoptadas.

En Euskadi hay más de 6.000 afectados y 325 fallecimientos. 281 de las 356 camas UCIs están ocupadas y todavía falta material profesional

A día de hoy la cifra en España rompe las sensibles bajadas porcentuales y registra 94.417 casos de Covid-19 y 8.202 muertos , (hoy  se ha alcanzado el máximo diario con 849 fallecimientos) , 5.607 requieren de ingreso en la UCI y 19.259 han superado la enfermedad. En Euskadi la epidemia se ha cobrado 325 vidas y por segundo día consecutivo el porcentaje de afectados se ha reducido al 32 % de las muestras realizadas, cuando superaba el 50 % hace doce días, entre las 1.300 y 1.500 pruebas realizadas entre el miércoles y el sábado de la pasada semana, siempre según las fuentes del Ejecutivo autonómico. Hay 2.011 personas ingresadas, 55 más en las últimas 24 horas, de las 356 camas que hay en las UCIs, 281 están ocupadas y hay más de 6.000 afectados, de los cuales un millar es personal sanitario 

Hablamos del pico, ahora meseta según Osakidetza. Pero es obvio que sin descubrir el verdadero alcance del contagio con miles de test por hacer que llegan a cuentagotas, no se sabrá cuando se alcanza el pico

El pasado día 20 de marzo, el personal sanitario denunciaba que los hospitales estaban al límite. Hablaban que ni las urgencias podían con tanto paciente y que sentían dolor, impotencia y desolación. Estamos desbordados, con una carga de trabajo muy superior a la del peor pico de la gripe. Y lo peor, nos mandan a la guerra sin armas, denunciando también la falta de material, entre ellos los test para verificar los afectados en una cifra real, que señale corrobore los síntomas y aplicar el mejor tratamiento y el aislamiento correspondiente. 

Sin un tratamiento directo, ni vacuna conocida, la batalla del personal sanitario en Euskadi arroja más de un millar de afectados y a muchos de nosotros se nos hace tarde las prueba porque se están racionando los test que van llegando, advierte el personal en primera línea de la pandemia. Para cuando nos hacen la prueba (para posponerla nos han llegado a decir que no somos personal  con prioridad de riesgo) hemos podido contagiar a nuestras familias y resto del personal. Hemos tenido síntomas, nos hemos aislado en casa y después de sobrevivir, una vez pasados los síntomas como la fiebre durante varios días, controlados con llamadas telefónicas, es cuando nos han llamado para hacer la prueba.

Hablamos del pico, ahora meseta según Osakidetza. Pero es obvio que sin descubrir el verdadero alcance del contagio con miles de test por hacer que llegan a cuentagotas, no se sabrá cuando se alcanza el esperado punto máximo. El binomio confinamiento ciudadano - lucha del personal sanitario,  puede parar la pandemia de manera eventual, pero si no se identifican a las personas afectadas y que pueden contagiar durante le periodo de incubación, nunca podremos alcanzar la cota máxima para iniciar su bajada, a la espera de optimizar los tratamientos que mejor responden y de una vacuna que se espera más lejana.